Love in War (Cap 15)

Apoyé la cabeza contra la pared más próxima y cogí aire lentamente, tenía que pensar en como salir de aquí lo más rápido posible ya que si no me apuraba los norcoreanos pronto estarían encima nuestra. Abrí la tapa de la alcantarilla solo un poco y observé al exterior, los hombres de Sehun hacían todo lo posible por mantener al enemigo lejos, por suerte aún no estaban demasiado cerca.

      - Bien, tendremos que ser rápidos y silenciosos, id agachados para que no os vean. Suho tu irás encabezando la fila, luego irá Lay, después Xiumin, Chen y yo la iremos cerrando. Recordad manteneos lo más pegados posible, entendido? - les dije mientras asentían.

Xiumin comenzó a traducírselo a Lay lo que aproveché para hablar con Chen.

      - Chen, toma, ya sé que solo es una navaja pero a lo mejor te hace falta - dije mientras se la daba

      - Gracias Charlotte, ¿crees que lo conseguiremos?

      - Eso espero. ¿Estáis listos chicos?

      - Sí

      - Suho, confío en ti, llévanos por el camino más corto

      - Eso está hecho

Me acerqué de nuevo a la tapa de la alcantarilla y observé el exterior. Las cosas estaban más calmadas, los dos bandos estaban separados, el bando de Sehun había sacado sus tanques también. Le dije a Suho que cuando los norcoreanos dispararan con un tanque nos iríamos y así fue, nada más oír el disparo los cinco salimos de la alcantarilla y corrimos como locos siguiendo un sendero. Cuando nos alejamos lo suficiente empezamos a andar, los chicos ya se habían alegrado de pasar el peligro. Caminamos por un lugar desierto, solo nos faltaba subir una cima para llegar al punto de encuentro. Lay y Xiumin hacían el tonto delante nuestra mientras Chen y Suho hablaban, yo me encontraba caminando sola. De pronto pisé algo duro y sentí un 'crack'. Miré hacía mi pie y justo estaba encima de una mina.

       - Charlotte - escuché gritar a Chen, que se acercó a mí.

       - Mierda - dije levantando la mirada y encontrándome con el rostro de Chen cubierto de lagrimas - No llores - susurre

       - ¿Y ahora que demonios hacemos?

       - Nada - dijo Suho cortante - ha pisado una mina si se levanta eso explotará, lo mejor que podemos hacer nosotros es irnos, lo siento Charlotte

       - No, no, no, no me iré sin ella, algo tenemos que hacer - gritó Chen sollozando

       - No, tiene razón. Hay muy pocas posibilidades de salir de una mina. Solo se puede hacer encontrando algo del mismo peso que el mío y ponerlo en su lugar.

       - Venga chicos vamos a buscar alguna piedra grande, tened cuidado donde pisáis - dijo Suho alejando a Xiumin y a Lay

Chen y yo nos quedamos solos, se acercó a mi y me besó dulcemente. Sus labios estaban pegados a los míos y los movía lentamente, sentí que estaba en el cielo y podría estar así toda la vida. Nuestros labios se separaron y él apoyó su cabeza en mi hombro mientras lloraba.

        - No llores por mi Chen, no me lo merezco. Tienes que estar alegre, lo hemos conseguido, al pasar la cima el helicóptero os recogerá y os llevará a casa, no debes llorar, debes estar feliz.

        - Pero no quiero perderte, Charlotte yo te quiero, no lo entiendes?, joder, te quiero, te quiero mucho... - dijo mirándome a los ojos.

Me quedé totalmente en shock, nunca me habían dicho que me querían. Agarré a Chen de la nuca y lo bese con toda mi alma, nuestras lenguas empezaron una batalla.

        - Emmm, hemos, traído, piedras... - dijo Xiumin rascándose la cabeza

Separé mis labios de los de Chen y observé las piedras, casi ninguna podría servir, hasta que Lay llegó con una que parecía perfecta.

       - Vale, creo que esta servirá - dije sosteniendo la piedra - Ahora tenéis que marchaos, por lo menos que muera uno y no cinco.

Los chicos se despidieron de mi uno por uno, cuando llego Chen lo besé intensamente. Lo empujé un poco hacia los otros y me quedé mirando hasta que perdí su rastro cuando atravesaron las colinas.

Miré abajo hacia mi pie y vi la mina sobre él, un enorme escalofrío recorrió mi cuerpo, me agaché con mucho cuidado hasta quedar de cuclillas, me mantuve un poco tiempo en esa posición intentando mantener el mismo peso, agarré la piedra con cuidado, la sostuve al lado de mi pie. El rostro lo tenía empapado de sudor y mi corazón palpitaba a cien por hora, ¿sería capaz de hacer bien el cambio? ¿explotaría la mina? ¿llegarían los otros salvos a su casa?